PROMESA

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viernes, 24 de enero de 2014

EL VERDADERO ALTAR

Desde el comienzo del la Palabra en Génesis Dios nos instruye acerca del altar y su uso, no era algo religioso como los hombres años mas tarde guiados por su propio pensamiento quisieron creer. Sino algo vivo y profundamente profético.
Ya que en cada uno de esos holocaustos que podemos leer en el Antiguo Pacto nos revela a Jesús el Cordero de Dios inmolado por los pecados de toda la humanidad.
Hoy lamentablemente en muchas congregaciones se llama a pasar al altar, y la gente sin conocimiento de la Palabra va hacia el frente a la plataforma donde por lo general los músicos y el ministro de turno están.
 Eso es ofrendar en el altar equivocado.
Preguntémonos cual es el verdadero ALTAR.

Podemos leer en la Palabra que se hacía con piedras, sobre ellas se ponía leña, y sobre la leña un cordero; fue de ésta manera que Dios le indicó a Adán, la construcción del altar; luego sus hijos así se presentaban delante del Señor. Después Noé, posterior al diluvio edificó el mismo altar. Abraham pasó toda su vida edificando altares. No era algo nuevo, la construcción de estos altares casi se tenía por una práctica cotidiana. Dios quiso probar a Abrahám de una manera extrema; Dios quería saber si su fe estaba fundada realmente en Él, que no fuera una emoción pasajera o algo ficticio. Abrahám sería el Padre de la fe, por lo tanto debía ser probado al máximo; de acuerdo a la Biblia, somos puestos bajo análisis permanentemente por el Señor; nuestra fe debe estar fundada en base sólida, para que a través de estas pruebas nos afirmemos y demos frutos de victoria; a todo creyente que es probado por Dios.

Entonces Isaac le habló a Abrahám, su padre, y le dijo:«Padre mío...»Y él respondió:«Aquí estoy, hijo mío.»Isaac dijo:«Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?»Y Abrahán respondió:«Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.»Y juntos siguieron caminando.  Gn. 22:7-8

Abraham conocía a Dios, era su voz, no dudó  si era o no su voluntad cuando le pidió sacrificar a su hijo, no pidió a Dios confirmación, era maduro en lo espiritual; estuvo dispuesto a aceptar el reto y la propuesta de Dios. ¡Que altar y que sacrificio que pidió Dios! Abraham toma la leña, enalbarda su asno, lleva dos criados y tomando a su hijo se dirige hacia el monte que Dios le ha señalado, era un camino largo de tres días, había mucho tiempo para pensar, seguir o volverse, mil pensamientos habrán pasado por su mente; recién al tercer alzó sus ojos y vio de lejos el lugar que Dios había señalado. ¿Porqué lo mandó tan lejos Dios? ¿Quizá cerca de su casa hubiese sido igual? ¡Pero no! Porque a su vez toda esta escena y viaje sería una figura exacta de Cristo; ninguna de éstas figuras debían ser alteradas: Leña, asno, siervos, tres días, monte, hijo, padre.
 ¿DONDE ESTA EL CORDERO PARA EL HOLOCAUSTO?

Poniendo la leña sobre Isaac, y tomando él en su mano el fuego y el cuchillo dijo: Dios se proveerá de cordero para el holocausto hijo mío, e iban juntos.
De éste viaje, quedaban ellos dos solamente, Abraham y su hijo, los últimos metros no le serían fáciles de caminar, y llegando al lugar señalado edificó el altar (su último altar) puso la leña y sobre ella a su hijo y tomando el cuchillo para degollarle, un ángel del cielo dio voces (le gritó) Abraham... No hagas nada a tu hijo, porque conozco que temes a Dios. Este pasaje de las escrituras emociona hasta las lágrimas; los sentimientos de cualquier persona son alcanzados, Dios habla a través de su espíritu.



Durante los casi 2000 años restantes hasta Cristo por mandato de Dios, el hombre edificó altares para adorar y ofrendar a Dios. El altar de los patriarcas, fue edificado y trasladado (simbólicamente) al tabernáculo de campaña hecho por Moisés, bajo la dirección de Dios. Una vez establecido el pueblo de Israel, Salomón edificó el templo en Jerusalén y el altar a la entrada para ofrecer a Dios holocaustos y ofrendas. Cabe destacar que este templo estaba considerado en el tiempo antiguo como una de las 7 maravillas del mundo por su lujo y decoración.
Ofrendas, corderos, sangre derramada, altares, humo, holocaustos, tabernáculo y templos, son figura de Cristo. Todos éstos altares ofrecidos por el hombre a Dios, tuvieron cumplimiento como figura de Cristo y hasta Cristo; al morir en la cruz y dar su vida en sacrificio perfecto, el cual subió hasta Dios como un perfume agradable: Y he aquí el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, dejando un camino abierto. Libre hacia Dios, sin barreras; concluyeron los altares hechos por el hombre, se acabaron los tabernáculos hecho por el hombre, culminaron los templos hechos por el hombre; Jesús tomó el lugar de sombras y figuras de las cosas celestiales.

 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que el sumo sacerdote que tenemos es tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario, de ese tabernáculo verdadero, levantado por el Señor y no por los hombres., He.8: 1-2.

Saca tu mirada de las paredes, de tus obras o sacrificios y comienza a mirar el verdadero y único altar. 
Jesús está sentado a la diestra del trono de Dios, hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Así que hermanos, teniendo libertad, entremos por el camino nuevo y vivo que Él nos abrió a través del velo, esto es de su carne hacia el Altar verdadero, CRISTO.
Y donde lo podemos encontrar físicamente, en nuestro interior, o es que acaso él no vive en nuestro corazón.
Debemos presentar a Dios nuestros cuerpos en sacrificio Vivo... Santo.. Agradable a Dios... Que es nuestro culto racional; no os conforméis a este siglo, si no renovaos para que comprobéis la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. 
Nuestra vida debe ser considerada junto a Cristo, El último altar, como una entrega total a Dios.


 El altar... El Tabernáculo... El Templo... Los sacrificios y ofrendas, han sido trasladados en Cristo a las vidas de aquellos que le reciben.
No busquemos en otros lugares, Cristo decidió morar en nuestro corazón, con su sangre santifico ese ALTAR, y el Espíritu Santo cada día enciende el fuego para el holocausto, nuestra carne es la que cada día debe ser presentada como ofrenda de sacrificio.
Dejando atrás a nuestro viejo hombre que esta viciado de pecado.
La próxima vez que alguien diga "Pase al Altar" ¿A que lugar entraras?

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