PROMESA

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sábado, 13 de febrero de 2016

- MI MENSAJE DE LOS VIERNES - “ El amor es para cobardes “


#‎pacopalafox‬

El amor es para cobardes, sí, para esos cobardes que alguna vez entregaron su corazón y hoy les aterra la idea de intentarlo de nuevo porque las cosas no fueron como deseaban, quedaron lastimados, quebrados, incompletos y que hoy sólo se esconden tras un perfil falso en las redes buscando ver de lejos escombros en la otra persona de lo que un día fue.
El amor es para esos cobardes que se miran al espejo de perfil, de frente, de tres cuartos, posando como para selfie, lanzando besos a su reflejo, cantando su canción una y otra vez con coreografía incluída, practicando las mejores miradas seductoras, las caras más inocentes y se cambian de ropa una y otra vez pensando cuál se verá mejor en la primer cita, cita que no llegará por esa cobardía de no mostrar los sentimientos.
El amor es para esos cobardes que no se atreven a escribir una carta expresándole sus emociones por temor a que descubran su letra temblorosa de emociones o que los delate el corazoncito dibujado junto a la firma y no escriben ni una notita en papel para que no queden evidencias físicas de algo que en su mente quieren pero nunca podría ser, prefiriendo resumir todo en un frío mensaje de wassap que cualquiera podría escribir y se pierde entre un mar de memes, videos y chats de grupo.
El amor es para esos cobardes que le envían a esa persona una canción preguntándole si le gusta, cuando por dentro, en su universo paralelo le están diciendo: “mira, esta canción te la dedico, quiero que sea nuestra canción y que cada que la escuches me recuerdes con amor”.
El amor es para esos cobardes que en la iglesia se sientan detrás de esa persona, cerquita o a unas cuantas filas pero sin perderla de vista, aun con diferentes ángulos como con un sensor de movimientos vigilando cada detalle pero sin acercarse tanto como para ser descubiertos.
El amor es para esos cobardes que les es más fácil decir que esta orando para que Dios les mande a esa persona especial sin esforzarse lo mínimo y así tener a quién culpar si algo sale mal, en vez de tomar la responsabilidad de una decisión propia, de conocer, evaluar y asumir responsabilidades que nos hacen madurar como seres humanos y cristianos.
El amor es para esos cobardes que llegan a saludar a todo el grupo de amigos en donde está esa persona y al darle la mano esquivan la mirada tímidamente y en vez de hacer notar esa atracción que sienten esperando encontrar respuesta, simplemente lo disfrazan de un frío: “Dios te bendiga”.
El amor es para esos cobardes que dejaron de soñar por alimentarse de tanta realidad, por comerse las ideas de que ya no existe el amor ni segundas o terceras oportunidades.
El amor es para esos cobardes que por no tener un destino o futuro definido prefieren no empezar el viaje, ese viaje de aventura con la persona elegida, de fríos y calores, de montañas y valles, de comidas y hambres, de risas y lágrimas, de correr y caminar, de levantarse y caer, simplemente: de vivir.
El amor es para esos cobardes que prefieren vivir un amor virtual, de lejos, de fotos, de wassap, de feis, de skype, de snap, que se enojan y se reconcilian, que comienzan y terminan sin verse al menos una vez en vivo.
El amor es para esos cobardes que prefieren enviar caritas con ojitos de corazón, con besitos o corazoncitos de colores, frases que alguien más escribió, que ponen likes en todas sus publicaciones, pero que con su voz no se atreven a decir lo que sienten ni expresar amor mirando directo a los ojos y que nunca lograrán nada más allá de tener su lugar reservado en la llamada friendzone.
El amor es para esos cobardes que leen escritos de amor, refugiando sus temores bajo la descripción de otros, motivándose con historias ajenas, o identificando sus fracasos en letras, con el comentario de quienes quieren atreverse a dejar de ser cobardes pero no pueden por miedo a abrir la puerta al amor, lo escuchan tocar a su puerta, algunas veces abren pero solamente poquito o dejan abierto con esa cadenita que le impide meterse por completo, disfrutarlo, esa cadenita que los ata a alguien más, a un recuerdo, a personas, a situaciones, a vivencias de terceros, a falta de fe, a no confiar que cuando tu decisión la pones en sus manos, entonces el verdadero amor viene y echa fuera el temor.
Por eso, el amor es para cobardes para quien fue hecho, para los que aceptan tener miedo, aquellos que creen que ya no creen, porque es entonces que viene el verdadero amor con su fuerza, ese amor que transforma, que da vida, da ánimo, adrenalina, que nos mueve el cerebro y que impulsa a atrevernos a romper nuestros propios límites, a vencernos a nosotros mismos, a creer, a vernos diferentes, a dejar los espejos y ver al otro de frente, a usar las redes sólo como un medio para llegar al fin de vivir el amor en la realidad, a caminar llenos de luz o por valles de sombras y dificultades tomados de la mano, venciendo gigantes, medianos o pequeños, luchando por defender lo que queremos, no midiendo alturas o fuerzas, creyendo con el corazón y la mente en equilibrio con Dios.
Ser cobarde en el amor no es malo, aceptarlo es el primer paso para recibir el valor para amar y ser amado.
Bienaventurados los cobardes, porque de ellos será el verdadero amor, cuando decidimos abrirle la puerta recibimos fuerza, libertad, nuevas perspectivas, transformación, conciencia y aun sabiendo que aunque las cosas no salgan como queremos, tendremos el valor de volver a empezar.
¡No te quedes en el mismo lugar.
¡Atrévete a dar otro paso!
pacopalafox
Febrero 12 2016

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